Reseña Histórica:
Esta parroquia en tiempos remotos era un sector selvático, con las condiciones climáticas desfavorables
que causaban la imposibilidad de vivir debido al mal estado de salud, a quienes penetraran con el afán
de colonizarla. Su nombre primitivo fue PICO, debido a la presencia de la planta denominada
PICO PICO, que existía en el lugar que hoy es Vicentino.
En el sector era común la tenencia de la tierra mediante el
latifundio, y es así que se narra que el sacerdote llamado Rafael Hidalgo, se apropió de gran parte del
territorio que hoy integra la parroquia de Vicentino, luego introdujo trabajadores a quienes después les
fue vendiendo poco a poco, parcelando el sector.
Luego Manuel Mesías Eras, les fue vendiendo progresivamente;
Avelino Ríos, Eulalio Espinosa, Baltasar Gomes, Avelino Vargas, Aurelio Armijos y otras personas que llegaban
en busca de tierras fértiles para su trabajo cotidiano, fueron posteriormente sus propietarios.
Vicentino
fue elevada a categoría de parroquia mediante Decreto legislativo del
17 de enero de 1947, fecha en la cual Alamor fue elevada a cantón, con
el nombre de cantón Puyango. En el Art. 2 del mismo dice: Créase y
asígnese al mismo Cantón las parroquias de El Limo, Paletillas y
Vicentino, con sus respectivas linderaciones siendo en el caso de
Vicentino: los caseríos de Vicentino y Ciano, con los barrios
adyacentes, hoy pertenecientes a la parroquia de Mercadillo, teniendo
por linderos los conocidos con las parroquias vecinas de Lauro Guerrero y
Guachanamá; y con Mercadillo, el camino que baja de Guachanamá hasta la
quebrada de Arenal, aguas abajo hasta la desembocadura con el río
Puyango.
Su
primer Teniente Político fue el señor Víctor Ramírez, luego le siguió
el señor Bernardo Bustamante. Vicentino debería celebrar sus fiestas de
parroquialización el 17 de enero de cada año, así como también las
parroquias hermanas de El Limo y Paletillas, pero coincide con la
temporada invernal por lo que sus habitantes han acordado llevar a
efecto su efemérides el 21 de septiembre.
Por
el amor y la fe de la imagen de San Vicente, surge en los habitantes la
inquietud de construir una capilla (curia) y se pusieron de acuerdo a
llevar a cabo en el mismo sitio en la que se encuentra actualmente, para
llevar a efecto dicha construcción el señor Manuel Mesías Eras donó un
gran lote de tierra, que sirvió para la construcción de la misma; y,
también se construyeron viviendas formándose un caserío que tomó el
nombre de Vicentino en honor al patrono.
Tradicionalmente,
cada año se celebra la fiesta en honor a la imagen de San Vicente, que
es el 5 de agosto comercial y religiosa en honor a San Vicente cuyo
dueño era el señor Miguel Calle, esto en el lugar que hoy se conoce con
el nombre de la Rabija, desde ese entonces las personas antes
mencionadas vivían en sus propiedades en forma esparcida.
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